lunes, 26 de abril de 2021

La nueva forja. capitulo 2

 



Despertar: La caverna.




Alba se levantó y observó el lugar en donde había despertado, era el interior de una larga cueva, que parecía estar hecha de manera natural, y que extrañamente estaba iluminada por unas enredaderas que emitía una luminosidad blanca, la profesora estaba confundida, hace un rato se encontraba impartiendo clase, y ahora estaba en aquel extraño sitio. Pará poder recordar que había sucedido, la joven profesora volvió a sentarse, pero en una roca plana.

«¿Qué sucedió?, ¿por qué estoy en este lugar?», se pregunto Alba mientras se tocaba la frente para recordar lo sucedido, «Estaba dando una clase de historia, aquel día estaba explicando el tema de la edad media, hasta que se escucho el ruido de un rayo, y después uno de mis estudiantes comentó que algo extraño estaba sucediendo en le cielo, todos fuimos a ver que pasaba, y era que unos ojos habían aparecidos, después se escucharon varias voces que hablaba de forma unísona, las cuales comentaban que eran dioses creadores y que querían reiniciar el mundo, pero primeros debían guardar a los humanos»

El recuerdo de su último día en la antigua tierra, se hizo presente en su mente y se dio cuenta que había despertado en un mundo reconstruido, la profesora suspiro hondo, en esos momentos ella quería gritar y desesperarse, pero decidió mantener la tranquilidad. La joven profesora sabía que no serviría nada llorar y desesperar, así que decidió pensar que iba hacer en aquel momento.

Mientras la joven pensaba que pasos seguir, se percató de algo cuando observó mano, esta tenía un extraño color, era igual al color del cristal del cual había salido, algo asustada y curiosa la profesora, se quitó su chaqueta y se remango su camisa, se dio cuenta que toda su piel era del mismo color que su mano, además también noto que tenía una especie de diseño de línea doble, que comenzaba desde su muñeca y se extendía hasta el hombro.

«¿Qué me sucedió?», Alba se pregunto y decidió ver su rostro en busca de más cambio, para eso tomó un trozo de cristal y lo utilizó como un espejo.

Alba no lo podía creer, ella observo su rostro en el improvisado espejo, dándose cuenta que sus ojos eran de color cristalino azulado, y se fijo que su pelo había cambiado de color, era blanco. La profesora dejó el cristal en el suelo, y se preguntó porque su apariencia había cambiado, en ese momento noto el color del cristal, dando se cuenta de la razón, la influencia de su coraza cristalina.

«Bueno, no se puede hacer nada mas para cambiar la apariencia  ya resuelto el misterio, es momento de salir de esta cueva», pensó la profesora que se volvió remangarse la camisa, y se volvió a poner su chaleco.

Alba se paro de su asiento improvisado, y se encaminó hacia las afuera de la cueva, la profesora, agradecía el brillo de las enredaderas colgadas en cueva. Cuando estaba en medio del camino, algo llamó la atención de la profesora, que se había percatado que no estaba sola en aquel lugar. Alba observó a un lagarto acercándose a toda velocidad hacia ella, este animal parecía una iguana pero como si estas tuvieran el porte de un dragón de Komodo.

La joven profesora miró con más detenimiento a la criatura, y se fijo que su piel estaba hecha de algo parecido al metal, además sobre su espalda traía unas púas de color rojizos. La extraña iguana al ver a Alba, corrió hacia la mujer con intención de tener una merienda duradera, la profesora si saber que hacer, y de manera desesperada se cubrió su cara con sus brazos, esperando la mordida de aquel ser.

Alba observó como la criatura, dio un salto hacia ella pero se golpeó con algo en medio de su ataque, esto sorprendió a la profesora. La mujer se dio cuenta, que alrededor de ella se había formado una especie de campo de fuerza, el cual estaba hecho de algo parecido a vidrio, la profesora tocó aquel campo, y al hacer dicha acción la protección se hizo añico, y callo como si hubiese recibido un pelotazo.

La criatura molesta observó a Alba, el pensaba que aquel ser sería fácil a pesar de su porte, y también podía ser una buena fuente de comida, los ojos de la criatura estuvieron fijo durante un rato en la profesora, la cual retrocedía con precaución. El corazón de la mujer empezó a latir con fuerza, la profesora se dio cuenta que estaba en una extraña situación, adelante suyo se encontraba una criatura que la observaba como una exquisita comida, la mujer trató de mover su cuerpo para escapar, pero el miedo había paralizado el cuerpo de la mujer.

Alba trató de tranquilizarse y pensó que hacer en aquel momento, la profesora se dio cuenta que no tenía la protección de la cúpula, se pregunto ¿si fue ella que invoco aquel extraño elemento?, entonces surgió otra pregunta, si esa cúpula fue echa por ella, entonces ¿cómo utilizar esa protección por segunda vez. Alba tratando de lucro tranquila, observó los vidrios que habían caído de su escudo, tratando de encontrar una solución rápida.

El reptil estuvo observó a la mujer durante unos minutos, entonces se dio cuenta que no podía utilizarla como plato principal, sacó la lengua y se marchó del lugar, la profesora al ver que el reptil se iba, suspiro profundo y tranquila. Alba se tocó su pecho, y sintió como su corazón volvían a su ritmo natural, la sensación de peligro estaba pasando, por un momento pensó en seguir buscando el origen de aquel extraño escudo, pero antes decidió salir de la cueva.

Había vuelto a caminar recto por aquel sitio, después de avanzar durante unos diez minutos, la profesora sintió un escalofrió recorriendo su espalda, un extraño presentimiento se albergó en su mente, el sentimiento de peligro hizo que la profesora voltease a ver hacia atrás y observó una criatura horrible. Alba al mirar hacia atrás, observó a uno de los habitantes del sitio, la criatura que la estaba siguiendo, era una hormiga gigante de color rojo.

El corazón de Alba volvió a latir al ver tal peligro, pero esta vez la joven pudo controlar el miedo de. La primera impresión, y decidió correr hacia la salida. La hormiga viendo como su presa huía, comenzó a perseguir a la mujer.

«¿Qué rayos le pasa a este mundo?», se pregunto Alba mientras escapaba de su feroz cazadora y se volvió a preguntar, «¿Qué clase de dioses permitiría la existencia de criaturas como esa?

Había pasado unos minutos desde que la hormiga, comenzó a perseguir a Alba, la joven profesora ya estaba cansada, pero la adrenalina presente en todos los seres humanos, el instinto de supervivencia, y el miedo que tenía al imaginarse siendo presa de aquel gigantes yo insecto, hacia que la joven profesora olvidase el cansancio. En los pensamiento de Alba sólo había un objetivo, salir de aquella cueva, ella no sabía el porqué, pero sentía que al llegar a la salida aquel peligro iba a desaparecer.

Alba observó una luz, se dio cuenta que ya estaba apunto de llegar a su destino, y después de correr por unos kilómetros más, ella podía sentir la luz del sol tocando su cuerpo, la mujer se dio vuelta y observó que la hormiga que la estaba persiguiendo, decidió no proseguir más y volvió a la profundidad de la caverna.

«Estuvo cerca», pensó Alba que se sentó en el suelo, y respiro profundo.

El cansancio que había ignorado durante toda la persecución, se hizo presente cuando Alba se encontró fuera de peligro. Alba podía sentir como su corazón que hace poco estaba latiendo fuerte, volvía de apoco a su normal frecuencia de latidos. Alba volvió a respirar profundo, hace mucho que no tenía tanto susto seguidos, se quedó por media hora frente a la cueva y pudo descansar un poco.

«Ya ha pasado media hora, mejor que me aleje de este lugar», pensó Alba mientras se para, y agrego al pensamiento, «No quiero encontrarme con más hormigas gigantes, y pensar que en el mundo anterior, la hormiga más grandes eran las saifu, las cuales sólo vivían en África»

La profesora se sacudió sus ropas, observó el entonó en que se encontraba, se dio cuenta que en sitio era un bosque de altos árboles que parecía ser eucaliptos.

«Es un lugar bonito, es genial para hacer un picnic», pensó la joven Alba que comenzó a caminar por el bosque.

Alba encontró un sendero en el bosque, y decidió seguir aquel camino esperando encontrar algún sitio como una ciudad, pueblo o algún campamento con personas con las que pudiese interactuar y pedir un alojamiento. La joven profesora caminaba por en sendero, observando con atención el camino, mientras surgía una pregunta en su mente, ¿encontraría alguna especie asentamiento?.

Después de llegar a la mitad del camino, se encontró frente a una persona que lucia la misma piel que ella, el cual estaba haciendo un campamento. Alba aliviada por encontrar a una persona igual que ella, se acercó.





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